El “México chiquito” en los Montes de María
- Tu Historia Cartagena
- 23 may 2018
- 3 Min. de lectura
Por: Yeraldine Torres

El corregimiento de San Juan Nepomuceno, que se localiza al Norte de Colombia, es un rincón de gente amable, pacífica y laboriosa con un acento y costumbres muy similares a las del vecino país.
San Pedro Consolado, Bolívar, situado a aproximadamente una hora y 30 minutos de la ciudad amurallada de Cartagena de Indias, esconde muchas cosas que nadie podría imaginar. Parece un pueblo cualquiera los hombres salen a buscar leña a los montes con un machete en la cintura, un sombrero, abarcas de cuero y una mochila cruzada en el cuerpo. Las mujeres se mantienen en sus casas preparando las recetas propias de los pueblos de Bolívar: suero, pasteles, bollos de mazorca y batata.
Cuando se entra a San Pedro se siente la tranquilidad y armonía, el olor de la naturaleza y de los fogones de leña, se ve la gente sentada en la terraza compartiendo con sus familiares y amigos, los niños resplandecen felicidad. Todo parece perfecto, en realidad no hay rastro de violencia en las calles, en él los habitantes son felices con las maravillas de su pueblo.
La alegría la caracteriza, su sabor a pueblo, el hablar cantado y esa manera única y exquisita de cocinar la hacen especial en la ciudad de Cartagena. Carmen Guzmán Yépes, una señora de 54 años de edad, no muy alta y de color de piel morena que nació y ha vivido la mayor parte de su vida en San Pedro Consolado junto a su humilde familia.
“Yo amo mi pueblo y a pesar de ya no estar viviendo allá mis gustos y costumbres siguen siendo con las que crecí, a mí no me da pena decirlo ni mucho menos hablar así cantado, en San Pedro somos el México chiquito”. Así es conocida esta población, ya que tienen el mismo acento del país centroamericano y según sus habitantes se podría afirmar que los primeros pobladores pudieron ser mexicanos partiendo de la similitud en cuanto a la forma de vestir, construcción y el diseño de las casas, y no sólo eso, sino también el gusto que tienen por la música ranchera una de las costumbres mexicanas más presentes en el pueblo.
Allá todos se saben las rancheras al pie de la letra y es su género preferido, tanto así que algunos señores suelen llorar cuando las cantan. No puede faltar la comida con ají, uno de los platos típicos es el ají “machucado”, una cebolla roja picada, 6 huevos cocidos, sal y limón. Los Consoladores inventaron ellos mismos su platillo con el ají picante que no puede faltar, el llamado “chile” en México y “gua-gua” en Los Montes de María.
“Mis recetas en su mayoría aquí en la casa son las que me enseñó mi mamá en el pueblo y mi hija va en el mismo camino, ha aprendido de nuestra tradición y en lo que prepara no le puede faltar el ají. Yo siempre la llevo desde muy pequeña y hoy día ella disfruta de las costumbres y tradiciones que se le han inculcado y cada vez que tenemos la oportunidad vamos”.
El maravilloso y mejor festejo de los habitantes es la fiesta del maíz, una de las festividades más mexicanas, a la que asisten grupos folclóricos de San Juan, San Cayetano, San Pedro Consolado y Cartagena. Se realizan concursos para los que desgranen más maíz en menos tiempo, para los que más bollos de mazorca coman y el que mayor cantidad de mazorcas cocidas coma.
De igual manera cuando llegan las fiestas patronales, los hombres a caballo con su botella de ron en la mano, y en su mayoría haciendo que el caballo se pare en dos patas, “eso parece un pueblo mexicano en fiesta, y los hombres siguen esas tradiciones de generación en generación, es muy agradable el ambiente entre todos los amigos, vecinos y familiares que sales a disfrutar, yo no me pierdo ni un solo año esas fiestas” dice muy sonriente Carmen.
Por otra parte se encuentra su hija Marcela Paternina Guzmán quién habla muy orgullosa de su pueblo. “Me gusta mucho ir a San Pedro porque allá se respira tranquilidad, y también es alejarse del mundo de la tecnología, yo llego y por un momento me olvido de las redes sociales, también me siento libre, en sus calles no hay peligro como en la ciudad, todas las familias se conocen, comparten y si es en época de fiestas mucho más, la verdad yo soy feliz en mi pueblo”.
San Pedro Consolado, el lugar que no todos conocen y que tiene maravillas para brindar a sus visitantes. Los que permanecen en el “México Chiquito”, incluso los que salieron más allá de las montañas, conservan esa particular tipología “manita”, haciendo de su acento una especie de patrimonio inmaterial y cultural para las nuevas generaciones.
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